El RAC 2009 pasará a la historia por poner punto y final a una temporada en la que por primera vez Sébastien Loeb no ha llegado a la última cita con casi todos los deberes hechos. Ganó en Cataluña y se situó a un escaso punto de su rival por el título, Miko Hirvonen. Todavía quedaba el zarpazo final. Ganar en Gran Bretaña y minar la moral de el que ha sido su máximo rival durante todo el año. Un año en el que el finés ha demostrado que el Ford puede ser tan bueno como el Citroën y que puede rodar en los tiempos del "francés volador". No sería justo decir que el mundial lo perdió cuando el capó del Focus WRC se levantó dejándole sin visión y perdió alrededor de un minuto al tener que parar y volver a colocarlo a falta de una especial para concluir el RAC; pero desde luego que fué la puntilla para las esperanzas de seguir en los tiempos de Loeb e intentar darle un golpe definitivo.
Más allá de este final de temporada, en el que por otro lado, habríamos puesto las manos en el fuego seguros de que Loeb acabaría ganando, me gustaría plantear si se puede afirmar tan a la ligera que Loeb ha sido y es el mejor piloto de rally de la Historia.

En fechas como estas, allá por el año 2003, el campeonato terminó en manos del noruego Petter Solberg un punto por encima de Séb. Por detrás quedaban Carlos Sainz (que había llegado a Inglaterra aspirando a todo), Richard Burns, Markko Märtin, Marcus Gronholm, Colin McRae y Tommi Mäkinen. Se de la coexistencia de cinco campeones del mundo.
Llega el año 2004 y Loeb gana su primer mundial a lo bestia, cosechando 118 puntos. Ahí quedan tres excampeones, Gronholm, Sainz y Solberg; sería la última temporada para Carlos Sainz.
De ahí en adelante, el piloto de Citroën ha ido encadenando entorchados y entorchados mundiales sin haber dado aparente sensación de desfallecimiento. Demostrando un hambre de títulos inusitado y haciendo pequeños a quienes han osado burlar su autoridad. Pero, ¿todo ha sido mérito suyo? o ¿es demérito de la oposición?.

Solo diré que el reinado del galo ha coincidido con años de convulsión en el mundial de rallys. Las grandes marcas con tradición en esta disciplina han ido desapareciendo hasta el punto de que sólo hay dos escuadras oficiales (Citroën y Ford). -¿Dónde están Subaru, Mitsubishi y cía...?-
Los grandes pilotos mundialistas han brillado por su ausencia, salvo un Gronholm que lo intentó hasta el último año en vano. Lo demás puede reducirse a vanas esperanzas de pilotos rookies y no tan rookies pero con un mismo final: Loeb gana.
Entonces, ¿qué tiene más merito?, ¿ganar un mundial del cuál eres dueño y señor con una máquina cuasi perfecta? o, por el contrario, ¿ganar un mundial con Sainz, McRae, Auriol, Kankkunen, Mäkinen y compañía en la pista amén de Subarus, Mitsubishis, Fords, Toyotas, etc...?

Mérito han tenido todos en la época que les ha tocado vivir, pero si hablamos de esfuerzo y dificultad me cuesta creer que a día de hoy sea el mismo que hace diez, quince, veinte años.

En cuanto a palmarés nadie puede toserle a Loeb. Pero, ¿en cuanto a mitología y recuerdos dorados?. Quizá McRae pudiera contarle lo que es ser un temerario y enganchar al aficionado con vuelos mortales (e inmortales), derrapes locos y un carácter agresivo. Sainz y Kankkunen podrían contarle lo que es luchar entre sí y contra todos los demás durante todo el santo año. Mäkinen le diría lo que valora los cuatro títulos que ostenta, sudados a gota gorda en cada palmo de terreno y cada kilómetro de un rally. Cualquier piloto de los míticos Grupo B le retaría a domar un sólo vehículo de aquellos años.
Esto es sólo un ejemplo, pero es una idea de mi pensamiento. Y es que los títulos "a peso" del francés, dudo si pesan realmente más que lo conseguido con tanta épica, sacrificio y riesgo como los de unos años atras, aunque sean inferiores en número. Habría mucho que hablar.
Aun así, como opiniones habrá para todos los gustos, desde aquí quiero felicitar al nuevo hexacampeón y desearle, aunque sólo sea un sueño, que el año que viene media docena de chavales puedan tutearle e intentar apearlo del burro.
Vía | Quinta Velocidad, Wikipedia
Imágenes | Google Images
Más allá de este final de temporada, en el que por otro lado, habríamos puesto las manos en el fuego seguros de que Loeb acabaría ganando, me gustaría plantear si se puede afirmar tan a la ligera que Loeb ha sido y es el mejor piloto de rally de la Historia.

En fechas como estas, allá por el año 2003, el campeonato terminó en manos del noruego Petter Solberg un punto por encima de Séb. Por detrás quedaban Carlos Sainz (que había llegado a Inglaterra aspirando a todo), Richard Burns, Markko Märtin, Marcus Gronholm, Colin McRae y Tommi Mäkinen. Se de la coexistencia de cinco campeones del mundo.
Llega el año 2004 y Loeb gana su primer mundial a lo bestia, cosechando 118 puntos. Ahí quedan tres excampeones, Gronholm, Sainz y Solberg; sería la última temporada para Carlos Sainz.
De ahí en adelante, el piloto de Citroën ha ido encadenando entorchados y entorchados mundiales sin haber dado aparente sensación de desfallecimiento. Demostrando un hambre de títulos inusitado y haciendo pequeños a quienes han osado burlar su autoridad. Pero, ¿todo ha sido mérito suyo? o ¿es demérito de la oposición?.
Solo diré que el reinado del galo ha coincidido con años de convulsión en el mundial de rallys. Las grandes marcas con tradición en esta disciplina han ido desapareciendo hasta el punto de que sólo hay dos escuadras oficiales (Citroën y Ford). -¿Dónde están Subaru, Mitsubishi y cía...?-
Los grandes pilotos mundialistas han brillado por su ausencia, salvo un Gronholm que lo intentó hasta el último año en vano. Lo demás puede reducirse a vanas esperanzas de pilotos rookies y no tan rookies pero con un mismo final: Loeb gana.
Entonces, ¿qué tiene más merito?, ¿ganar un mundial del cuál eres dueño y señor con una máquina cuasi perfecta? o, por el contrario, ¿ganar un mundial con Sainz, McRae, Auriol, Kankkunen, Mäkinen y compañía en la pista amén de Subarus, Mitsubishis, Fords, Toyotas, etc...?

Mérito han tenido todos en la época que les ha tocado vivir, pero si hablamos de esfuerzo y dificultad me cuesta creer que a día de hoy sea el mismo que hace diez, quince, veinte años.

En cuanto a palmarés nadie puede toserle a Loeb. Pero, ¿en cuanto a mitología y recuerdos dorados?. Quizá McRae pudiera contarle lo que es ser un temerario y enganchar al aficionado con vuelos mortales (e inmortales), derrapes locos y un carácter agresivo. Sainz y Kankkunen podrían contarle lo que es luchar entre sí y contra todos los demás durante todo el santo año. Mäkinen le diría lo que valora los cuatro títulos que ostenta, sudados a gota gorda en cada palmo de terreno y cada kilómetro de un rally. Cualquier piloto de los míticos Grupo B le retaría a domar un sólo vehículo de aquellos años.
Esto es sólo un ejemplo, pero es una idea de mi pensamiento. Y es que los títulos "a peso" del francés, dudo si pesan realmente más que lo conseguido con tanta épica, sacrificio y riesgo como los de unos años atras, aunque sean inferiores en número. Habría mucho que hablar.
Aun así, como opiniones habrá para todos los gustos, desde aquí quiero felicitar al nuevo hexacampeón y desearle, aunque sólo sea un sueño, que el año que viene media docena de chavales puedan tutearle e intentar apearlo del burro.
Vía | Quinta Velocidad, Wikipedia
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